Proyecto Europeo echa en falta medios en la PAC para el revelo generacional.

La Política Agraria Común (PAC) carece de los instrumentos suficientes para fomentar la incorporación de jóvenes a la actividad agraria, según el coordinador del proyecto europeo Ruralization, Willem Korthals Altes, quien confía más en que haya cambios a partir de iniciativas locales.

Un trabajador en un cultivo de espárragos en Beelitz (Alemania). Efeagro/EPA/Clemens Bilan
Un trabajador en un cultivo de espárragos en Beelitz (Alemania). Efeagro/EPA/Clemens Bilan


El consorcio Ruralization, formado por 18 socios de 12 países europeos y financiado por la Comisión Europea en el marco del programa Horizonte 2020, busca desarrollar conocimientos y apoyar la elaboración de políticas para facilitar, entre otras cosas, la entrada de nuevos agricultores en el medio rural.


Korthals Altes, profesor de la Universidad Tecnológica de Delft (Países Bajos), explica en una entrevista con Efeagro que la nueva PAC que está terminando de negociarse para el periodo 2023-2027 tiene como objetivo facilitar el relevo generacional, una cuestión que “falta por desarrollar”.


“Espero que las autoridades nacionales la desarrollen pronto porque falta en las políticas actuales. Hay oportunidades para hacerlo, pero dependen sobre todo de iniciativas locales. Las personas no esperan a que los gobiernos lo hagan por ellas, sino que se juntan y piden ayuda a las autoridades locales”, asegura.


El experto expresa sus dudas sobre si los negociadores de la PAC harán “lo suficiente” para promover el relevo generacional y cree que los “grandes cambios” llegarán en reformas sucesivas, cuando ese asunto sea “una parte importante” de la política agraria.


Actualmente, cree que “casi no hay instrumentos” en las políticas de tierras, más allá de algunos en ciertos países para ampliar los terrenos, rebajar impuestos, modernizar los derechos o permitir la cesión de tierras para facilitar su uso.


“La mayoría de las políticas tratan de asegurar que los jóvenes agricultores puedan tener una explotación más grande, pero solo unos pocos instrumentos se ocupan del acceso a la tierra”, afirma.


En un contexto rural envejecido, se estima que solo un 11 % de las explotaciones agrarias en la UE están controladas por menores de 40 años.


El proyecto que coordina el holandés hace hincapié en cómo el desarrollo desigual de las zonas urbanas y rurales amenaza la cohesión económica, social y territorial de la UE, ya que se espera un crecimiento de la población urbana del 12 % entre 2014 y 2050, frente a un descenso del 7 % de la rural.


Entre las áreas rurales también hay grandes desigualdades: el archipiélago portugués de Madeira es la región europea más equitativa, ya que el 98 % de sus agricultores tienen parcelas de menos de dos hectáreas y entre todos poseen el 85 % de la tierra.


Del lado opuesto destaca un modelo que combina pocos agricultores pequeños y un mayor número de grandes productores, como ocurre en zonas de Rumanía, Bulgaria y hasta en el sur de España, apunta el coordinador.


En la red de centros académicos y de investigación que integran Ruralization analizan las tendencias del mercado de tierras de la UE, donde constatan también la disparidad entre las zonas rurales remotas y las cercanas a las ciudades, estas últimas mucho más caras porque quienes las poseen esperan venderlas en algún momento para darles valor añadido.


Otro de sus informes subraya que, en la mayoría de las regiones de la UE, los pagos directos de la PAC son superiores a la renta de las tierras rurales.


En un escenario en el que no hay necesidad de cultivar la tierra para optar a las subvenciones, sino solo mantenerla en buen estado, “no hay ningún incentivo para arrendar los terrenos agrícolas a un nuevo agricultor”, ya que la renta no compensa la pérdida de los pagos desacoplados de la PAC.


Ruralization también ha documentado 64 prácticas innovadoras en 14 países europeos y cómo una variedad de actores -agricultores, ciudadanos, organizaciones rurales y autoridades locales- trabajan para mejorar el acceso a la tierra.


Entre esas prácticas, hay proyectos como los de la cooperativa francesa CIAP, la asociación Per l’horta, la Red Terrae de bancos de tierras agroecológicas o la Asociación de Productores de Agricultura Ecológica de Ibiza y Formentera, estas últimas en España.


Korthals Altes no pierde la esperanza y dice que habrá que esperar a tener los resultados de estas iniciativas locales en los próximos meses, pues pueden marcar el camino para avanzar en el acceso a las tierras.


“Firmado por Belén Delgado, EFE AGRO” . Publicación original aquí